Negro Acaba

al blanquito este le gusta hablarme sucio y grita “bunty, bunty mueve lo que tanto te sobra” y yo, mientras me asignó un nombre como muchos otros que no son míos, gimo hasta que me escurre de la cabeza a los pies…

¿El último Atisbos?

Detoné, porque Atisbos necesita su espacio en forma para visitar, reflexionar, para admirar. Exploté con una mínima chispa, un petardo de navidad, simple y fugaz pero que hace ruido a las casas burguesas, ¡faltita de respeto!