El clamor de las butacas empezó a dar efecto de ánimo junto con las luces que daban hacia el cuadrilátero, sonaban las espaldas al caer de los luchadores recibiendo la lluvia de monedas doradas que, en su mayoría, parecían de 10 pesitos.

El clamor de las butacas empezó a dar efecto de ánimo junto con las luces que daban hacia el cuadrilátero, sonaban las espaldas al caer de los luchadores recibiendo la lluvia de monedas doradas que, en su mayoría, parecían de 10 pesitos.