¿El último Atisbos?

En el 132 aniversario de nuestra ciudad, Tijuana…

Atisbos…sobrevive. 

Foto: Luis Gutierrez.

Atisbos es una exposición con una trayectoria de más de 30 años (más allá de mi propia existencia), que año con año busca constantemente su prevalencia de espacio y exhibición ininterrumpida. Coordinada por el maestro Manuel Bojórkez, para este 2021 fue olvidada de nuevo por la hermosa institución fanática de levantarse el cuello blanco (aunque sea de Morena). Así pues, en esta publicación pretendo refrescar la importancia de atisbos. 

Archivo: Manuel Bojórkez.

Desde mi perspectiva, les comparto un poco de contexto y para ello viajaremos al año 2011, cuando acusaban al Ex presidente de México, Felipe Calderón por su alcoholismo. Japón sufrió un terremoto/tsunami que desencadenó en una falla nuclear en la planta Fukushima y le daban fin a tiros a Osama bin Laden (sí, ese del turbante malvado). En ese preciso año mi padre me cuestionaba sobre mi futuro académico; la situación socioeconómica en mi hogar era un río de deudas y mal humor. Vivíamos muy apáticos después de un asalto a mano armada por lo que me impedía decirle que quería estudiar fotografía. 

Recuerdo que una vez a la semana,  mi padre y yo íbamos a la UABC (en ocasiones toda la familia) por razones del negocio y un día, en un pasillo miré que ofertaban cursos culturales… entre ellos fotografía análoga. 

Como en algunos hogares, el interés por el arte es un tabú, algo que son tonterías o para morirse de hambre (es verdad lo segundo), como diría la abuela, “cosas de mariguanos”. Tomé mucho valor para decirle a mi padre a lo que me quería dedicar y sólo se quedó muy serio, en silencio, buscando entre sus recuerdos, esperando una respuesta del subconsciente y continuó manejando la carcacha.

Rumbo al hogar y después de la jornada, sin saber yo por qué nos detuvimos en la calle Sexta de la Zona Centro y, con el dinero en mano, mi padre me dijo que fuéramos a ver para qué cámara nos alcanzaba. Era muy raro llegar un día a casa sobrando más de 1000 pesos, por lo que yo sabía que se estaba haciendo un sacrificio entre tanta deuda, eso sin contar que también se tenía que pagar la inscripción al taller. 

Inicié el curso y conocí al maestro Manuel Bojórkez, que arrancó con la gran ironía de esta frase: —“En la vida tienes 3 decisiones importantes: Qué vas a comer, con quién te vas a casar y qué cámara vas a comprar”—.

Foto: Luis Gutierrez.

Los días del taller fueron una experiencia que difícilmente se replicarán en la actualidad, era como viajar al tiempo, porque aunque ya teníamos en el poder las cámaras digitales, el dar el click y casi por capricho poder imprimir, la magia de la cámara “análoga”, poner el film, revelar y posteriormente introducirse al cuarto oscuro con olor a cebolla… ¡uff! en verdad que se han perdido de un proceso de amor eterno hacia la fotografía. 

En ese taller conocí a dos personas muy importantes en mi vida, Perla X, amiga que desde que inició me alentó mucho a seguir en la fotografía, siempre compartiendo sus experiencias en el acercamiento a las artes con una disciplina que muchos quisiéramos y Adrián Flores, que fue mi segundo mentor y que nunca deja de contestar las dudas que surgen en el proceso de la fotografía, por que como dice el maestro Manuel: “El que enseña aprende dos veces y ustedes son mis maestros”. 

Archivo: Colectivo Acal-Lux.

Cada final de curso se elaboraba la exposición llamada “Acal-lux”, nombre que hasta la fecha se hace referencia en otros proyectos que se han bautizado de la misma manera. El día de montaje era un pre-festejo al semestre, donde íbamos ubicando las fotos en el vestíbulo del teatro Rubén Vizcaíno Valencia y hacíamos retroalimentación que, considero yo, es de las mejores formas de seguir creciendo en el mundo de la imagen. La apertura se celebraba con músicos de fondo, compartiendo espacio con el taller de pintura. La primera vez que expuse, recuerdo bien que nadie de mis conocidos asistió y no puedo negar que sentía desolación, me cuestioné si lo que estaba haciendo era con el fin de recibir halagos o comentarios que me hicieron: “Están bien bonitas tus fotos”, sabía que estaba haciendo algo que necesitaba, algo que llenaba, algo que no podría dejar de hacer… tal vez si me quedo ciego ya no pueda o tal vez pueda ser un Beethoven visual…

Entre 2014 y 2015 el maestro Manuel termina su dinastía y procede a la jubilación como docente, dejando vacío el salón que por muchos años fue la fuente de tantos fotógrafos, exposiciones y sinigual camaradería. Románticamente daría mucho por estar en ese cuarto oscuro en el que hasta llegué a recibir un beso mientras el papel revelaba los detalles, con el ruido del cronómetro y el peculiar olor a cebolla, pero esa es otra historia.

Llegó la buena noticia en el 2015, sería parte de la exposición de “Atisbos”, la primera expo en la que participaba fuera de UABC, donde compartiría espacios con los amigos ya mencionados y fotógrafos guerreros como Alfonso Lorenzana, Juan Lee, Álvaro Franco, Herácleo Hernández, Mario Porras, Luis Felipe Cota, Coco Sánchez, Jim Platel, Krshna Monárrez, Oscar Alvarado, Nasuko Tama, Alonso Díaz de Anda, Miguel Cervantes Sahagún, Yurí Manrique inclusive a Cesar Rosas de la banda de Los Lobos y Vidal Pinto, obviamente sin faltar Manuel Bojórkez.

Desde ese entonces he participado y claro está que siempre se han presentado descontentos e irregularidades conforme a la producción, montaje y difusión por la inexperiencia, lo llamo “procesos burocráticos”. Siempre quedamos con uno que otro descontento. Algunas ediciones llevamos la exposición por nuestra propia cuenta a otras sedes, con nuestros recursos y tiempo;  como en una ocasión en la que la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UABC nos abrió y fue un poco difícil para Adrián Flores y su servidor hacer toda la instalación de lonas en los edificios, sin embargo al finalizar nos quedamos con satisfacción de esfuerzo. La idea se entiende, el sistema de arte y cultura no es perfecto. 

Archivo: Colectivo Acal-Lux. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. UABC

Atisbos ha representado parte de mi formación y educación en la fotografía, buscando métodos diferentes para difusión en donde pareciera que el lugar asignado para un trabajo fotográfico sólo es para los que están dentro del círculo de confianza de instituciones. Personas en un cargo que sin entender uno su intención (si es buena o mala), realizan producciones dejando de lado el discurso importante de muchas visiones que necesitan expresar y ser exhibidos. 

Atisbos sigue en constante permanencia, misma que inició en 1982 con la idea de crear un circuito de la comunicación a través de sus imágenes y que llegado el año pandémico del 2020, el Instituto Municipal de Arte y Cultura de la ciudad más feliz del mundo (ironía) Tijuana, se olvidó la trayectoria de más de 38 años de Atisbos y sus miradas. Se propuso la alternativa de publicar en formato digital a la falta de un presupuesto esperando que este 2021 se regresara de nuevo a la actual sede: Palacio Municipal. 

Exposición en sitio web.

Este año cumplo 10 años de que inicié el recorrido de aprendizaje, 10 años que en la soledad de los pensamientos sonrieron al esfuerzo de lo que se ha construido, pero no puedo negar el sentimiento agridulce de que de nuevo al IMAC, “así en grande”, se le olvido de nuevo. Más de un mes con un estira y afloje buscando la manera de lograr concretar de nuevo el espacio físico. La respuesta para el día 11 de julio fue un NO, proseguimos a habilitar el espacio en digital (que te adjunto el link si quieres ver la exposición completa). Nos enteramos que se hizo una publicación a escasos días en redes sociales con la invitación a la expo en donde la imagen del señor Adrián Flores no aparecía. 

   “…no estoy seguro de sí a las autoridades no les gustarían mis fotos o no les parecerían «bonitas», solo sé que no me incluyeron en su publicidad…”Adrián Flores. 9 de julio 2021  atreves de Facebook. 

De nuevo en mil respuestas, el maestro Manuel se proclamó en redes sociales. “En el 132… Atisbos”, de manera puntual, el pasado 11 de Julio del 2021 en las plataformas digitales artestudio13.smugmug.com  y en el sitio oficial IMAC quedando pendiente la exposición física. Esto debido a la carencia de recursos en general por parte de IMAC…”

  El cansancio se hizo notar, con la incertidumbre de si se iba a realizar o no la exposición en físico y me reservé mi opiniones, me concentré en apoyar desde la trinchera, organizando la página web y difusión hasta el día de la revelación en digital donde encontré que exhibieron toda las imágenes en Facebook. 

Detoné, porque Atisbos necesita su espacio en forma para visitar, reflexionar, para admirar. Exploté con una mínima chispa, un petardo de navidad, simple y fugaz pero que hace ruido a las casas burguesas, ¡faltita de respeto! Arduo trabajo entre lo íntimo, en legados, historias de la ciudad y sus crímenes a la humanidad, se resumió en la inmediatez de las redes sociales. 

Después de aceptar la idea del último atisbos dimos vuelta a la página y continuamos cada quien en su particular visión de la vida, seguir creando, pero la comedia no es exclusiva del entretenimiento y como relación tóxica nos vuelve a convocar para ahora sí… bueno no que siempre no, a no sí sí, sí se va hacer. 

El día 18 de agosto se nos citó para la inauguración oficial y fuimos al sonido de las campanas al edificio de los 3 poderes para presenciar una vez más que la imagen súplica por hablar… El enojo se desvaneció con la grata unión familiar de distintas épocas como cuando los muertos regresan el 2 de noviembre del olvido para agradecer por las ofrendas… El valiente Adrián dijo en el protocolo antes las miradas del IMAC:  

“Es suficiente con lo que está pasando en el mundo , como para intentar pelear solo por un descuido, que aunque doloroso para quienes hemos trabajado para que Atisbos siga adelante,  me es más importante agradecer por el esfuerzo”.

Con la misma opinión, ese día más que enojados, volvimos a festejar, olvidamos el dolor en la vesícula de tanto coraje y sonreímos para las fotos. 

Aun así, gracias. 

“Del olvido al no me acuerdo” .

Juan Rulfo.

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