Pos si yo me voy a ir solo,
sonaba de entre los pocos que no abandonarían
sus lonas, los cartones
y el kilometraje acumulado en las caravanas al norte.
Etiqueta: Indigencia
Yo, la Mujer del Señor del Costal
De estos polvos futuros lodos, solía cantarnos. Desde entonces mamá no volvió a emborracharse emborrachando por dinero sino por salud nada más
EL LÍMITE SON LAS ESTRELLAS
De pronto, ya estaba escarbando en la basura. Qué digo escarbando: ya tenía la mochila llena de latas y me lancé a venderlas. No fue hasta que me pusieron los 50 pesos en la mano que comprendí lo serio del asunto. Mierda, me dije: soy, oficialmente, un pepenador.
Nuestro señor y salvador
Recargó los bultos junto a la entrada, retroalimentó su adicción una, dos, tres veces más y, con el desarmador plano en la diestra, el sermón de la montaña volvió a detenerlo al entrar: Bienaventurados serán los psicópatas del siglo XXI…
