Desenterrar para sepultar: Todos somos Erick Carrillo

Alguna vez te has preguntado: ¿Qué se sentirá al buscar lo que ya conoces y no saber dónde encontrarlo? 

A pesar de los días, el nudo en la garganta y la vista nublada vuelven a mí. Recordando y reviviendo los días en los que Eddy Carrillo localizara y despidió a su hijo —Erick— en la misma semana.

Uno, dos, tres. Vamos a empezar.

En mayo de 2019, el joven Erick Carillo Álamo de 19 años de edad, cruzó de Los Ángeles a Tijuana para celebrar el Día de las Madres con su familia y de paso salió de fiesta con sus amigos, una última vez. 

El 31 de mayo, amigos cercanos y Erick se trasladaron al “Karma”, un bar nocturno ubicado en el fraccionamiento El Dorado. La última información que se tuvo de él, se dio a través de cámaras de videovigilancia el 1 de junio de 2019 donde mostraban al joven y sus acompañantes comiendo cercanos a la zona. Cuatro días después se localizó su pasaporte.  

Shhhh, shhhh. Silencio total. 

Su padre, Eddy Carrillo, inició una búsqueda de cinco años, cinco meses y 6 días para encontrar a Erick.   —¡Sí se pudo!— decían. —¡Sí se pudo!— dolía. 

Fotografía: Iliana Carapia

Mil 650 personas vivas y muertas encontró Eddy durante los años, acompañado de su familia, la de sangre y la que fundó a través del colectivo internacional “Todos Somos Erick Carrillo”. 

Visitó predios abandonados, basureros, panteones, cerros, casas, canales, coladeras, alcantarillas, pegó pósters, organizó marchas, cantó, bailó, comió hasta llenarse, lloró hasta que no salieran más gotas, creyó y depositó su fe en la virgen María, para encontrar-LOS- , hasta encontrar-LOS-. 

Quienes han tenido la oportunidad de acompañar en búsquedas al colectivo de principio a fin, sabrán que no son desconocidos. Les platico por qué: Es lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado o domingo por la mañana. Regularmente, se citan a las 8:30 horas en diferentes puntos, dependiendo de dónde vayan a partir. 

Las personas comienzan a llegar, vestidos con pantalón de mezclilla, leggins o pants, tenis, mochila, gorras y una camiseta blanca con el logo de “Todos somos Erick Carrillo”. 

Todos ellos buscan. Buscan a todos. Se buscan a sí mismos. Buscan a sus seres queridos. Buscan. Buscan. Buscan. Buscan y vuelven a buscar. 

Bajo el sol inclemente, con el sudor como única compañía, el pico y pala se volvieron símbolos de lucha ante la adversidad. Manos de padres, madres, hijos y hermanos, cavando en el suelo de incertidumbre y resignación. En cada golpe al suelo, la tierra, cómplice silenciosa de la tragedia, resiste como si supiera que lo que oculta no debería estar ahí. Falta el cierre que el Estado ha negado: una arqueología del dolor, los restos de una sociedad rota, fragmentada por la violencia e indiferencia.

Una señora de 60 años hablaba conmigo alguna vez: “Es cansado, pero una vez que pasas uno o días llorando por tu desaparecido, sabes que tienes que levantarte porque, si no, no lo vas a encontrar. Por eso estoy aquí, hasta encontrar-LOS-.” 

La familia que se formó, durante los años, la veo desde lejos, la veo en mi calidad de reportera, pero entiendo su dolor, vivo su dolor con escucharlo, pero sé que nunca será mi dolor como lo es de ellos. Acompaño. 

30 de agosto 2023 Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas Fotografías: Luis Gutierrez

“El mundo ha partido, ahora tendré que cargarte”. 

Las combis, los taxis, los camiones, la comisión de búsqueda… ¿La comisión de búsqueda y la guardia nacional? Cuando quieren van. Sigamos. Todos se reúnen y se preparan para salir. «Buenos días doña Mary, ¿Cómo está?”, “¿Onta el Doc? Vengase Pa aca”, “a ver todos listos” y miles de frases que alegran el momento, parece reunión o excursión familiar, hasta que te topas con la realidad. Palas y picos. A sus familiares quieren encontrar. 

Dos, tres, cuatro, cinco, seis o más horas por buscar. Un espacio entretanto para comer. Eddy comparte todo bocado. 

Cinco, diez, treinta hasta cuarenta fosas localizaron, en el vertedero de la ciudad, en cada rincón que existe en Tijuana, en un municipio de desaparecidos.

El colectivo logró algo que trasciende la búsqueda de restos: dio voz, fuerza y comunidad a quienes habían permanecido en silencio, atrapados por el dolor y miedo, familias comenzaron a acercarse, trayendo cada relato de tragedia única, todas compartían un mismo origen: un sistema que normaliza la desaparición, la desidia institucional y la injusticia. En sus marchas y manifestaciones, el colectivo, junto con otros grupos, comenzó a exigir lo que nunca debió faltar: justicia y verdad.

Noviembre 2024. Todo comenzó. 

A principios de noviembre, en las faldas de un cerro del fraccionamiento El Lago colindante con la vía rápida Alamar, donde ya se habían realizado algunas búsquedas en campo con hallazgos de más de 10 cuerpos a lo largo de cinco años, Eddy localizó dos osamentas, 10 metros más allá se encontraban dos fémures, una tibia que dieron positivo a Francisco Iván Ayala González, amigo de Erick quien desapareció a la par, aún costado de Francisco, se localizó una chamarra que a decir de Eddy, era de su hijo, puesto que él se la habría comprado.

“Yo pienso que es él, algo me dice que es él”, refirió. 

Los medios callaron. Hablaron. Volvieron a callar. 

“¿Qué sigue después?” Pasaré saliva y continuaré. 

Fotografías: Iliana Carapia

Ocho días tardó la Fiscalía General del Estado para dar a conocer los resultados de ADN y confirmar si las osamentas encontradas por el colectivo son de Erick. 

Se acerca el final de una era. Shhhh. Shhhh. 

Viernes 6 de diciembre. 9:00 horas. 15 personas del colectivo, Eddy y más de 10 medios. 

“Sí se pudo: Erick Carrillo ya fue localizado. Dio match de 99.9 con la señora Perla Mercedes Álamo Ochoa y 99.9 con el señor Eddy Carrillo. Estoy preparado, era un día que estaba esperando.” Sostuvo Carrillo, con su voz inigualable, sus lentes de sol. Camisa blanca y porte impecable. 

Nadie esperaba el quiebre —aún— todos estábamos con él. 

Ese mismo día, Eddy recordó una de sus promesas al iniciar el colectivo, la cual consistía en que tras encontrar a Erick, él dejaría de buscar y pasaría la “batuta” a alguien más. 

Resonó. ¿Quién sería? ¿Quién será? Hasta el 1 de junio de 2025 se sabrá. 

Fotografías: Iliana Carapia

Buscando para encontrarnos y después dejarnos

En México, el 12 de diciembre, Día de la Virgen. Fecha en la cual miles de mexicanos cumplen su promesa y caminan miles de kilómetros hasta la basílica de Guadalupe para rendir su “manda”, o bien, de diferentes maneras. 

El jueves 12 de diciembre, Eddy caminó desde la nueva catedral de Tijuana hasta la funeraria Gayosso en Zona Rio, coreando y gritando “Sí se pudo”, miembros del colectivo le acompañaban. La camisa blanca ahora es negra. 

Recorrieron los tres pisos de la funeraria y llegaron al recinto, donde cientos de personas aguardaban. Erick se encontraba en medio de la sala, en un féretro color gris cubierto de una tela color verde bandera, cientos de flores a su alrededor, fotos y una bandera blanca con la leyenda: “Todos Somos Erick Carrillo”. 

Fotografías: Luis Gutierrez

Un llorar. —No lo digo por lo demás, lo digo por mí—. Un llorar, entre todos. 

Ceci Flores, José Castillo, buscadores de Sonora y Ciudad Juárez, también de Oaxaca, de Mexicali se dieron lugar para acompañar a Eddy en el dolor más grande después de la búsqueda. 

Tragos de tequila Don Julio, música, oraciones y más. Una noche de vigilia por la vida de Erick, por el cuerpo de Cristo, por la “virgencita”, por los buscadores, por los desaparecidos, por todos los que están dentro y fuera del sistema que nos ha fallado. 

Ese día Eddy sostuvo que el día que encontró las osamentas, sonó con su hijo. Nunca antes lo había hecho. Sus ojos, en este momento, se encontraban hinchados, cansados y cristalinos. El llorar habría brotado, como las gotas caen antes de la tormenta, como la premisa del nudo a reventar. 

El adiós. 

El viernes 13 de diciembre, Erick salió de la funeraria cargado por amigos, familiares y un mariachi que entonaba “Amor Eterno”, lágrimas en todos lados, la voz se me quebrara al narrar. Haré pausas, para mantenerme neutral. 

Al llegar a la iglesia, una misa de 40 minutos reunió a cientos de personas que acompañaron a Eddy y su familia antes de despedir a Erick. 

Fotografías: Iliana Carapia

Encontrarlo bajo tierra,

Sacarlo de ahí, 

Dignificarlo

Y volverlo 

A enterrar. 

Adiós Erick. Un gusto coincidir. Has partido, tu familia y amigos te llevan consigo.

Texto: Iliana Carapia @carapea

Edición: Luis Gutierrez @luisgtz2190

Imagenes: Iliana Carapia – Luis Gutierrez.

Oraciones//… PRAYERS

PRAYERS. Sin poses. Sin artificios. Lo primero que me impactó fue la humildad con la que Rafael —Leafar Seyer— se dirigió a todos. Agradecía todo el tiempo. Desde la primera canción. No como un gesto ensayado, sino como alguien que realmente valora estar ahí.

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